En la sociedad en la que vivimos a todo el mundo nos gusta hablar de futuro. Existen autenticas competiciones por ver quien es el que tiene el ultimo gadget tecnológico, las colas se pueden contar por kilómetros para ser el primero en tenerlos. Las grandes empresas realizan presentaciones impresionantes para dar a conocer sus productos. Y en cada feria de cualquier producto se exponen prototipos a 20 años vista que con el paso del tiempo se van convirtiendo en realidad.

Pero, ¿qué pasa con la arquitectura, el urbanismo y la ciudad en su conjunto?
Todo el mundo tenemos en nuestra mente la imagen de como se imaginaban en los años 20 la ciudad del futuro y su arquitectura. En nuestro imaginario tenemos esas imágenes de la película Metrópolis, donde encontramos grandes edificios y se superponen diferentes capas de tráfico, incluso gran cantidad de aviones. Esta imagen se ha utilizado desde entonces para imaginar la ciudad futura en muchas películas. Empezando por la ya nombrada Metrópolis, el 5º elemento, Blade Runner y otras. Pero para hacerlos realidad necesitamos ese icónico coche volador que parece que nunca llega o nunca va a llegar.

Y de esta manera vemos que la ciudad, y más concretamente la arquitectura, tiene una gran conexión con el transporte. Las ciudades no se entienden sin la capacidad de movimiento de sus usuarios. Debe existir una comunicación para existir una ciudad. Y esta acción nos la ha facilitado el coche en todo el siglo XX.
El coche ha sido el vertebrador de las ciudades en todo el siglo pasado, las medidas de las calles se realizan para su correcto funcionamiento. Los planes urbanísticos se centran en como ha de moverse el vehículo y se han desarrollado grandes espacios para su aparcamiento. Pero lo peor es que muchas de las veces se han realizado a expensas del peatón, el verdadero protagonista de la ciudad. Dejando ciudades que no son agradables para su usuario, es verdad que son de fácil movimiento a gran escala, pero de muy mal desarrollo a pequeña.
Y es en este punto cuando me pregunto, ¿Queremos así la ciudad del futuro? ¿Dónde cada vez tenga mas protagonismo el coche y menos el individuo? Ya que nuestras ciudades tienen un espacio limitado en su zona central.

Para combatir esta imagen muchas ciudades han empezado a dar pasos en otras direcciones, ya sea por conciencia ecológica o por causas mayores (en un futuro articulo especificaré alguna de estas ciudades). Y en todas ellas la solución que permite este cambio es la bicicleta. Un vehículo rápido, con 0 contaminación y que tiene que invertir muy poco espacio para poder trasladarse. Parece raro que tengamos que coger un invento anterior al coche, pero la bicicleta es la única solución a día de hoy que nos permite devolver el espacio al peatón sin sacrificar la movilidad de los usuarios de las urbes.

De la misma manera que el móvil cambio la manera de comunicarnos entre personas, la bicicleta cambiara la manera de comunicarnos entre espacios. La bicicleta es necesaria para hablar de LA CIUDAD DEL FUTURO.